En un partido emocionante de principio a fin, el Sporting logró doblegar por segunda vez esta temporada al Atlético de Madrid, indiscutible líder de la categoría. El triunfo revaloriza las opciones gijonesas en el pelotón de postulantes a la tercera plaza de la tabla. El encuentro arrancó con un primer cuarto de hora de dominio sportinguista en el que hubo de todo. Villa, Lozano y los dos Pablos, Amo y Álvarez, camparon por sus respetos y la delantera puso en aprietos al Mono Burgos, pero la presión fue aflojando y dejó paso a una fase de control madrileño del balón. Aunque los de Aragonés llegaron a tener el esférico hasta el 70% del tiempo, su ataque se estrellaba una y otra vez contra una sólida defensa en la que sobresalía Pablo Amo. El Sporting interpretó la situación y se hizo el amo del contragolpe, pero el gol se resistió a llegar a pesar de todas las buenas ocasiones de que gozaron los arietes sportinguistas. El segundo tiempo empezó con susto cuando el atlético Dani jugó a tirarse a la piscina del área en un forcejeo con Sastre. Rebollo soto dijo que no había penalty, pero lo cierto era que el Atlético llegaba más, sobre todo tras el cambio de Aira, sustituído por Isma. Fernando Torres se erigió en el peligro colchonero, y Aguilera llegó a rozar el gol en un disparo raso que se estrelló en el poste en la única ocasión en que ganó la espalda a la defensa asturiana. El Sporting empezaba a temer que le ganasen el partido en el último momento, pero en vez de replegarse, respondió con más ataque. A diez del final, Hibic tuvo que tirar a Villa al borde del área, lo que acarreó su expulsión. David Pirri se encargó de lanzar falta, logrando un espectacular gol al más puro estilo Ronald Koeman. Su volea pasó sobre la barrera y se coló por la escuadra de la meta colchonera. El mismo Sporting que cae en casa ante un Murcia acababa de dejar en ridículo al líder en su propia casa. Ahora llegan dos encuentros clave ante el Nástic y el Polideportivo Ejido que los de Acebal no deben desaprovechar.